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martes, 14 de marzo de 2017

Función

Función y Génesis: A través del estudio de mis propias acciones llegué a la conclusión de que cada día se realizan gran cantidad de acciones propositivas que gracias a la repetición se establecen como un hábito no del todo “rígido” pero de difícil modificación.
Todos los días nos levantamos, vestimos, preparamos el desayuno, preparamos la maleta, cogemos el autobús y caminamos hasta la facultad. Lo que al principio eran actos en los cuáles teníamos que estar pensando constantemente para su realización y mediante el recuerdo volver a repetirlos, a medida que se van realizando se empieza a establecer un diagramado que permite hacerlo de manera prácticamente inconsciente.
Al principio tras comer me lavaba los dientes porque mi madre me pedía que lo hiciese y yo seguía las normas, tras varios años repitiendo la misma acción propositiva ésta se ha convertido en un hábito, el cual no es cerrado dado que hay situaciones en las que no se tiene posibilidad de realizar y se buscan otros momentos, además de no tener que seguir una pauta fija y marcada.
Otra de las características de estas acciones es su carácter abierto que le confiere la posibilidad de variar respecto al contexto, por ejemplo, todos los días a la hora de subir desde la parada de General Elorza hasta la Facultad sigo un camino, pero hay veces que dependiendo de quien vaya acompañada puedo seguir otro. Esta acción que parece tan insignificante tiene gran importancia puesto que el sentido y el valor que le doy a los caminos es distinto, como: mayor rapidez y menos tiempo empleado o más cansancio, que la otra persona no siente puesto que quizás siempre utilizó el mismo esquema.
Las consecuencias que se le dan a estas acciones pueden ser negativas o positivas, por ejemplo, si durante el camino a la facultad me tropiezo y caigo, de alguna manera la próxima vez que coja ese camino lo haré con más precaución e incluso podría llegar a evitarlo. Por lo que al evitarlo podría crear un nuevo afrontamiento a la acción estableciendo un nuevo esquema de acción cambiando mi ruta y por consiguiente de un esquema antiguo formar uno nuevo que pueda llegar a ser más eficiente.
En animales: Todos los veranos me he dedicado a montar a caballo y con el pasar de los años me he dado cuenta de una serie de actos que llevan a cabo y que atraen la atención de todos los que lo ven por primera vez.
Por ejemplo, a los caballos hay que darles pienso a unas horas determinadas del día, éstos a esas horas empiezan a pegar patadas en las puertas de los boxes y relinchar pero en el momento en el que oyen el sonido del pienso contra el cazo dejan de hacer ruido y dejan espacio para que se les ponga la comida en el comedero, lo cual podría considerarse como una acción propositiva para llamar la atención al cuidador para que le alimente y una vez satisfecha deja de realizarla.
Otro de los actos que caben destacar por ejemplo, es la postura de sus orejas, cuando se encuentran enfadados y van a darle una patada a algo al igual que cuando escuchan un ruido siguen el sonido con las orejas para captarlo mejor lo cual es algo innato en la especie para poder escapar ante sonidos reconocibles y que indiquen peligro.
Pero además de esto, los diferentes movimientos que se pueden observar tienen multitud de significados, convirtiéndose en uno de los principales métodos de comunicación para este animal.
Algunas de las posiciones que caben destacar serían: Orejas en constante movimiento que es una actitud habitual de un caballo confiado pero vigilante, orejas rectas o hacia delante significaría que ha localizado un objeto que le inquieta, las orejas verticales es un claro síntoma de temor, las orejas ligeramente hacia atrás denotan irritación, las orejas totalmente hacia atrás significarían que el caballo está enfadado y dispuesto a pelear (si el caballo es joven normalmente coloca las orejas hacia atrás puesto que no reconoce a la persona, siente que es un intruso), si el caballo mantiene las orejas en sentidos diferentes es que no ha entendido lo que se le ha querido solicitar y por último, si deja las orejas caídas mientras duerme y no las levanta ni habiendo ruido significaría que el caballo se encuentra enfermo.
Esta capacidad de comunicación confiere posibilidad al caballo de informarse de la situación de los demás de su especie e informar tanto a los humanos como a otros caballos de su estado.
Diagramado, mediación y apertura: desde que tengo 8 años de edad he tocado el clarinete, el cual es un instrumento de viento del que se necesita ser conocedor de una serie de pautas para poder tocarlo.
Al principio, en las primeras clases gracias a la ayuda del profesor se conocen las partes del instrumento. Tras ello, durante una semana o más nos dedicamos a la parte fundamental y principal “la boquilla” la encargada de que el instrumento suene.
Para ello, el profesor primero te ejemplifica como ha de ponerse la boca “Has de colocar la lengua relajada, tapar con el labio inferior los dientes para que éste se apoye en la caña de bambú y le permita vibrar, y con los dientes de la parte superior has de morder la “goma” que se coloca para que ésta se sujete con facilidad a la boca. Tras ello, has de juntar los labios de tal manera que no quede ningún espacio por el que pueda salir el aire, excepto por el agujero de la boquilla, aprietas e intentas hacer que el aire se dirija con fuerza a través de la boquilla, para ello hay que hacer presión para que los mofletes no se inflen y todo el aire sea dirigido por la boquilla”
Tras la explicación, el profesor muestra como colocarlo siendo Él quien lo muestra en su boca y lo manda repetir al alumno hasta que la posición es correcta dando instrucciones al respecto de las correcciones.
Tras ello, el alumno prueba por primera vez a soplar e intenta realizar algún sonido, tras conseguirlo el profesor le comenta que ha de practicar la respiración diafragmática para poder así no cansarse y que le resulte más fácil que el aire pase por el instrumento.
Se le pide al alumno que ensaye a soplar en casa marcando con la lengua (el profesor ha de mostrarlo ejemplificándolo el) las pausas en la entrada del aire siguiendo un patrón de sonidos (primero redondas que son 4 tiempos, blancas que son 2, negras 1, y así sucesivamente hasta que consiga hacer ritmos intercalados).
A partir de ese momento, el profesor irá añadiendo las demás partes del clarinete hasta que el alumno sea capaz de hacerlo sonar al completo.
Cuando el alumno puede soplar con facilidad a través del clarinete el profesor irá mostrándole una a una las posiciones de las notas en el instrumento hasta que el alumno sea capaz de reconocer la nota en la partitura y la postura sin necesidad de pensarlo siquiera.
Hoy en día estoy en una banda de música como clarinete 1º y semana tras semana me enfrento a partituras nuevas a las que he de aplicar el diagramado pero que debido a la experiencia sé que respecto a las notas que se me presenten puedo seguir una técnica diferente a la que se me ha enseñado, mediante la realización de “notas de oído” que gracias a la experiencia he ido pudiendo aprender. Ahora cada vez que toco el clarinete no necesito seguir todas esas pautas sino que las resumo en: montar el instrumento, colocar la caña, soplar y ensayar las partituras.
Funciones en interacción, mediación y apertura: Muchas de las acciones que realizamos todos los días han sido inducidas en nosotros mediante el andamiaje de nuestros padres, ya sea por la imitación de sus actos y la propia repetición o porque ellos mismos nos han inculcado las funciones del objeto.
Una madre puede querer enseñarle a sus hijos a hacer la cama pero para ello antes éste ha tenido que observar como lo había realizado ella con anterioridad, interesándose y luego paso por paso la madre o padre será capaz de ir enseñándole unas pautas de acción que generan un diagramado andamiando la acción en el niño para que sepa hacerlo todos los días al levantarse.
Diferencias culturales: Cuando sales de España llama la atención la frialdad con la que se tratan en la calle en muchos países, el silencio, el orden, el respeto de la intimidad…Por ejemplo, los londinenses destacan por ser personas frías pero es porque tienen una percepción del espacio personal, del contacto físico y del trato a extraños y conocidos distinto al nuestro, que de primeras choca.

Otra cosa que llama la atención es la hora a la que se distribuyen las comidas, lo cual de primeras resulta extraño pero a medida que te adaptas lo acabas entendiendo e intentando trasladar a España puesto que ves que te sientes más ligero, menos cansado y con más tiempo para continuar con tu vida diaria.

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