Durante su vida, Rand se volvió un personaje
famoso y controvertido, convirtiéndose así en una de las autoras que más libros
ha vendido y que debido a su gran poder mediático también consiguió llevar su
mensaje a las aulas universitarias, Hollywood, al Congreso, a las editoriales,
programas de televisión, radio e incluso a la economía.
Hoy en día, sus libros han vendido millones, se
han hecho documentales sobre su vida (llegando a ser nominados al Oscar), un
sello de correos, cursos universitarios y una sociedad dedicada al estudio de
su pensamiento.
Su presencia no ha parado de aumentar tras su
muerte en 1982 ya que fue gran inspiración para aquellos empresarios de Silicon
Valley que han creado algunas de las empresas con más poder e importancia del
mundo a través de su propio trabajo y creatividad.
Rand fue la creadora de un código moral y de una
filosofía a la que se le denominó objetivismo en la que marcaba que el ego del
hombre es el manantial del progreso humano mediante la autodeterminación y
autorrealización del Yo.
En su filosofía, debido a la tradición
protestante, se ve reflejada la idea de que somos un pozo de pecado y debemos vivir
controlando esas tendencias a través del trabajo.
Se presentan así la consecución de logros como
alimento del ser, los hombres tienen que hacerse a sí mismos para convertirse
en “Héroes Randianos” para la creación de una sociedad moderna sin necesidad de
un control central. Un mundo gobernado por los artistas, creadores, por
aquellos individuos que puedan tomar sus propias decisiones sin necesidad de
tutela alguna y que actúan como individuos que son, de manera independiente
pero como un grupo mediante un Consenso Subconsciente siendo ellos mismos
quienes autorregulan el poder.
“Hace millones de
años un hombre primitivo descubrió como hacer fuego. Probablemente fue quemado
en la hoguera que el había encendido para sus hermanos, pero les dejó un regalo
inimaginable al hacer desaparecer la oscuridad de la tierra. A través de los
siglos hubo hombres que dieron los primeros pasos por nuevos caminos apoyados
solamente en su visión. Los grandes creadores, los pensadores, los artistas,
los científicos, los inventores lucharon contra sus contemporáneos. Se oponían
a todos los nuevos pensamientos, todos los nuevos inventos eran denunciados y recusados.
Pero los hombres con visión de futuro siguieron adelante, lucharon, sufrieron y
pagaron por ello, pero vencieron. Ningún creador estuvo tentado por el deseo de
complacer a sus hermanos. Ellos odiaron el regalo que él ofrecía, su verdad era su único motivo, su
trabajo era su única meta. Su trabajo, no el de los que se beneficiaran de él,
su creatividad, no el beneficio que de ella obtendrían otros, la creación que
le daba forma a su verdad. El mantenía su verdad sobre todo y contra todos,
seguía adelante sin tener en cuenta a los que estaban de acuerdo con él o a los
que no, con su integridad como única bandera. El no servía a nadie ni a nada,
solo vivía para sí mismo, y solo viviendo para sí mismo pudo lograr las cosas
que luego se han reconocido como la gloria de la humanidad. Esa es la
naturaleza de la creatividad. El hombre no pude sobrevivir si no es a través de
su mente, llega al mundo desarmado, su cerebro es su única arma. Pero la mente
es un atributo del individuo, es inconcebible que exista un cerebro colectivo,
el hombre que piensa, debe pensar y actuar por sí solo, la mente razonadora no
puede funcionar bajo ninguna forma de coacción. No puede estar subordinada a
las necesidades, opiniones o deseos de los demás, no puede ser objeto de sacrificio.
El creador se mantiene firme en sus convicciones, el parásito sigue las opiniones
de los demás, el creador piensa, el parásito copia. El creador produce, el
parásito saquea, el interés del creador es la conquista de la naturaleza, el
interés del parásito es la conquista del hombre. El creador requiere
independencia, ni sirve ni gobierna, trata a a los hombres con intercambio
libre y elección voluntaria. El parásito busca poder, desea atar a todos los
hombres para que actúen juntos y se esclavicen. El parasito afirma que el
hombre es solo una herramienta para ser utilizada, que a de pensar como sus
semejantes y actuar para ellos y vivir la servidumbre de la necesidad colectiva
prescindiendo de la suya. Fíjense en la historia, todo lo que tenemos, todos
los grandes logros han surgido del trabajo independiente de mentes
independientes y todos los horrores y destrucciones, de los intentos de obligar
a la humanidad a convertirse en robots
sin cerebros y sin almas, sin derechos personales, sin ambición
personal, sin voluntad, esperanza o dignidad. Es un conflicto antiguo, tiene
otro nombre, lo individual contra lo colectivo. Nuestro país, el más noble de
la historia del hombre, tuvo su base en el principio del individualismo, el principio
de los derechos inalienable . Fue un país donde el hombre era libre para buscar
su felicidad, para ganar y producir no para ceder y renunciar, para prosperar,
no para morir de hambre, para realizar, no para saquear, para mantener como su
propiedad más querida su sentido de valor personal y como su virtud más
apreciada su respeto propio. Miren los resultados, esto es lo que los
colectivistas les están pidiendo que destruyan como ya se ha destruido gran parte
de la tierra.” (Rand, 1949)
Defiende así la idea de que los líderes de la
sociedad han de ser los creadores cuya potencia es la que mantiene el mundo en
pie mientras que los demás, parásitos, son un pueblo indigno. Se establece así
la idea de que no debemos preocuparnos por los otros dado que no seríamos
fieles a nosotros mismos, hay que buscar el autodesarrollo del yo por una vía
que incorpora el control, el esfuerzo y la virtud. Este modelo clasista culpa a
aquellos que no son Atlas, que no son Héroes, porque no quieren esforzarse lo
necesario, los hombres han de hacerse a sí mismos porque si no se convierten en
un populacho cobarde.
“La capacidad emocional es un motor
vacío, y los valores son el combustible con el que la mente lo llena. Si eliges
una mezcla de contradicciones, se obstruirá el motor, se corroerá la
transmisión, y te hará naufragar en tu primer intento por movilizarte en una
máquina que tú, el conductor, has corrompido. Si colocas a lo irracional como
medida de valor y a lo imposible como concepto del bien, si aspiras a
recompensas que no has ganado, a una fortuna, o un amor que no mereces, a
encontrar un atajo a la ley de causalidad, a que una A se convierta en no-A por
tu mero capricho, si deseas el opuesto a la existencia, precisamente eso es lo
que tendrás. Y cuando lo alcances, no digas que la vida es frustración y que la
felicidad es imposible para el hombre; verifica tu combustible: es el que te ha
llevado adonde quisiste ir.”
(Rand, La rebelión de Atlas,
1957)
Pero a medida que el
capitalismo impregna las ideas del individualismo se empieza a buscar la
satisfacción rápida e inmediata de los deseos, lo más hedónico. Todo esto se ve
impulsado por el mercado con la idea de que se debe de dejar de intentar ser
alguien heroico y se admite que los bienes que la sociedad produce son la forma
estándar de la satisfacción de los deseos, además de ayudar económicamente al Estado
(Patriotismo).
De esta tradición
individualista consumista surge el pensamiento positivo, el cual enfatizó, a
través de cientos de
manuales de autoayuda, el poder del pensamiento individual para imponerse a la
materia y al mundo y curar directamente la enfermedad, atraer la riqueza y la
salud y conseguir la felicidad. (Cabanas Diaz & Sanchez Gonzalez, 2012) .
“El
propósito de la moral es enseñarnos, no a sufrir y morir, sino a disfrutar y
vivir.” (Rand, La rebelión de Atlas, 1957) .
Con el enfoque de la psicología positiva
se está consiguiendo establecer unas “leyes del egoísmo” que aunque no son
concebidas de la misma forma que expresaba Rand si que están generando una
sociedad centrada en el YO con un pensamiento Neoliberal el cual ha provocado
la situación Económica Actual debido al enriquecimiento y autorrealización de
unos pocos y al empobrecimiento de aquellos que no manejan el capital y por
consiguiente, la economía.
BIBLIOGRAFÍA
- Cabanas
Diaz, E., & Sanchez Gonzalez, J. C. (2012). Las raíces de la psicología
positiva. Pepeles del Psicólogo, 3, 172-182.
- Rand, A. (Escritor), & Vidor, K.
(Dirección). (1949). El manantial [Película].
- Rand, A. (1957). La rebelión de Atlas.
Estados Unidos y Rusia: Editorial Grito Sagrado.
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